Masajes para Erecciones más Duraderas
Cuanto más conocemos nuestro cuerpo más sencillo nos resulta conseguir placer. A las mujeres, por norma general, nos cuesta masturbarnos o como mínimo reconocerlo. En los hombres, es al contrario, conocen al milímetro su pene y saben cuándo van a eyacular. De todas las complejidades del sexo, la eyaculación masculina, es una. Bajo un punto de vista femenino, no es tanto la eyaculación como el mantener más tiempo la erección. Algo que va bastante ligado.

A muchos hombres les causa cierta angustia y a muchas de nosotras, también. Me refiero a una eyaculación antes de lo previsto o deseado, sin ser eyaculación precoz. ¿Cómo podemos hacer que el sexo sea más placentero y controlar mejor la eyaculación, consiguiendo así el pene erecto por más tiempo?

Una opción son los masajes. ¿Recordáis el capítulo de Sex and the City en el que Charlotte invita a las chicas a una charla con una gurú del sexo? La actividad consiste en dar un placentero masaje al hombre hasta que eyacula. La finalidad de Charlotte no era simplemente la de otorgar placer a su pareja, pero quedémonos con la imagen con el masaje. En otra ocasión, Samantha se “encapricha” de su monitor de yoga. Él le dice que no puede mantener sexo convencional puesto que practica el tantra. Ella decide aprender sobre el tema, él le explica los beneficios del control de la energía y que consigue un placer inmenso, dejando de lado las penetraciones y la eyaculación.


 La idea que todos tenemos a priori sobre el tantra es de gran placer. Es una práctica milenaria de origen oriental. El pilar del tantra es la erección. En el tantra la respiración debe ser pausada, la penetración suave, sin prisas y posponiendo la eyaculación, en la medida de lo posible. Es importante que tengamos claro que la premisa final no debe ser el orgasmo. El premio es todo lo que lo acompaña, todo aquello que sucede antes y después. El objetivo del tantra es llegar al éxtasis en sesiones de tres horas. Jugar con toda esa energía y todas esas sensaciones que nos arrastran más allá de los límites conocidos. Imagina como vives la excitación de uno de tus habituales encuentros. Perfecto. Multiplícalo por varias horas.

Se habla de que parte del éxito reciente y que se llenen páginas respecto a cómo conseguir erecciones más duraderas viene dado del ritmo de vida al que estamos sometidos. Por el cual cada vez buscamos pequeños refugios de paz y de autenticidad. El ambiente en el que estemos cobra especial importancia, debe ser cómodo, invitar a la relajación, una iluminación cuidada y cerciorarse de no tener interrupciones.

El contacto con la pareja y la estimulación erógena es esencial, evitando siempre la estimulación genital. Besos y caricias únicamente hasta llegar a la penetración. Llegado a este punto, los movimientos serán mínimos para poder sentir los cuerpos unidos. Cuando el hombre note la eyaculación cercana deberá respirar para retrasar al máximo el momento. Realmente es complicado y a parte de un control absoluto de la respiración la musculatura implicada también tiene una gran responsabilidad.



 Hablamos del lingam o representación del dios Shivá, relacionado con el falo. Por lo tanto, el pene. Así el pene y no es solamente la parte visible, sino que la musculatura púbica que lo sostiene e incluso el lingam llega un poco más hacia dentro, hacia la próstata y el ano. Se extiende desde la punta hasta el lugar en que se une a los testículos. En realidad, continúa a través de los testículos, siete centímetros y acaba en el ano. Durante las relaciones, estos siete centímetros responden de la misma manera que el resto del lingam, se hinchan y se hacen duros y extremadamente sensibles a la estimulación.

Cuando el lingam se eleva es porque está copado de sangre y ésta es retenida en el órgano por la contracción de los músculos compresores y eyaculadores, así mantienen la erección. Después de la eyaculación, los músculos se relajan, la sangre vuelve a su lugar y el lingam se ablanda. Estos músculos bulboesponjosos hacen que el pene se endurezca tirando de él hacia adelante y hacia arriba. Cuanto más potentes sean, más enérgica será la elevación. Además como envuelven la base, ayudan a retener la sangre en el pene, por lo que mantienen la erección. El tantra busca y trabaja fortalecer estos músculos. Y la forma de hacerlo es haciendo ejercicio.


Los ejercicios son similares a los que podemos hacer las mujeres. Lo primero es tomar conciencia de todos e ir contrayéndolos. Intentar hacerlo por separado. Jugar con el esfínter anal, con el perineo y con los del lingam. Se pueden hacer en cualquier parte, en cualquier momento. Con la práctica puede llegar a disociarse el movimiento de unos y otros.

Ahora que ya tenemos claras cuáles son las bases del tantra y cómo funciona el pene, vamos a desmitificar algunas cosas. El objetivo es llegar al éxtasis retardando la eyaculación. Retardar no significa eliminar. Es una necesidad biológica del hombre, si durante un tiempo prolongado se priva de la eyaculación puede provocar problemas de prostatis o cáncer de próstata. ¡Bien! Que nuestros chicos eyaculen pero un poco más tarde.

Los masajes son casi un arte, sabiendo que la retención del esperma permite prolongar la erección y llegar a un clímax más intenso. Teniendo localizado el punto mágico en el perineo cuando el pene está erguido, aplicar presión (con delicadeza y cierta precisión) con el dedo índice y corazón, cambiará de dirección la energía de la eyaculación en unos segundos. Es una técnica bastante sencilla. La comunicación con la pareja es necesaria para saber en qué momento nos encontramos y cómo ir procediendo. Es cuestión de paciencia y dedicación. La recompensa es mayúscula. 

Fuente: Blog Vivelsexo 


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